El jueves 24 de noviembre nos fuimos de excursión a Santiago, para conocer la famosa Catedral y la plaza del Obradoiro. Pero no sólo eso, queríamos parar en algún pueblo típico de peregrinos del Camino de Santiago, así que paramos a merendar en O Cebreiro y posamos ante su “cruceiro” (cruces de piedra que hay en todo el camino de Santiago). Dicen que sólo en Galicia hay unos 12.000. Cuando llegamos casi no se veía, de la niebla que había.
Entramos en su Iglesia y pudimos ver el cáliz y la patena del “Milagro de O Cebreiro”. También nos gustó mucho su pila bautismal (de piedra y muy grande) y su virgen románica. El párroco nos explicó pacientemente la iglesia y la leyenda a los 4 grupos que entramos.
Cuando terminamos la visita fuimos camino a Santiago, pero paramos en el hotel ya a descansar, porque no entramos en Santiago hasta el día siguiente. En el hotel fuimos a la “discoteca” y bailamos un poco antes de ir a las habitaciones.
Después de un desayuno “saludable” nos pusimos en marcha para hacer la última etapa del camino antes de entrar a Santiago. Fuimos fijándonos en las señales para terminar en la catedral y en la plaza del Obradoiro. Estaba bastante bien indicado con las conchas en el suelo y los carteles con flechas amarillas y vimos a muchos peregrinos que iban cargados con sus mochilas y llegaban a la ciudad.
La entrada a Santiago y a la plaza impresiona, porque entras por un arco y un callejón estrecho y de repente te encuentras con la Plaza del Obradoiro. La Catedral celebra este año, precisamente, su 800 aniversario.
Pudimos visitar la tumba de Santiago, darle un abrazo a la estatua del apóstol (bueno, algunos no se atrevieron) y subir a las cubiertas. Lo que más nos gustó fue el botafumeiro y la visita a las cubiertas, ya que se veía la Catedral y la ciudad desde lo alto.
El pórtico de la gloria estaba en reformas, así que no lo pudimos ver bien, aunque nos lo explicó la empresa restauradora a través de un vídeo multimedia. Por último fuimos a comer al centro comercial y emprender el camino de vuelta a Ibias ¡CON LA CONCHA DE PEREGRINOS!